LOS BENEFICIOS DE LA SOBERANÍA DE DIOS

INTRODUCCIÓN

“Así, Padre, pues que así agradó en tus ojos.” Mateo 11:26. Déjeme recordarle lo que hemos aprendido hasta ahora. Dios tiene control de todo y en forma soberana controla todas las cosas en el mundo. Dios controla tanto las cosas inanimadas como las cosas vivas; los animales, los hombres y los ángeles. Dios el Padre escoge a su pueblo de cada época de la historia y de cada nación y de toda raza. Jesucristo murió para salvar a este pueblo de sus pecados, y el Espíritu Santo les da nueva vida espiritual.
En la salvación de su pueblo y en todo lo que hace, Dios obra de acuerdo a su plan predestinado. También hemos aprendido que la voluntad humana es por naturaleza mala y no escoge lo que es bueno. Solamente Dios puede hacer que una persona desee la salvación del pecado. Dios es soberano, El es el gran rey, El es el único Dios.
Pero quizás usted se pregunta porqué nosotros pensamos que estas doctrinas son tan importantes. ¿En qué forma nos afectan a nosotros? ¿Qué diferencia hay en la práctica si Dios está o no en control de todas las cosas?
PRIMERO, que todo, si creemos que Dios es soberano, entonces tenemos una mejor idea de lo que Dios es, es decir, de su verdadera naturaleza y carácter. Nos damos cuenta de que el Dios que hizo todas las cosas tiene un poder completo sobre su creación. También nos percatamos de que siempre debemos de obedecerle y someternos a El. Aunque no podemos entender todo lo que Dios hace, sabemos que nadie puede resistir su voluntad.
Sabemos también, que Dios ha mostrado su bondad a una gran multitud de personas que no la merecieron. Entonces, cuando pensamos del plan divino de la salvación nos damos cuenta de cuán grande y poderoso es Dios.
EN SEGUNDO LUGAR, creyendo que Dios tiene control completo de todo, nos damos cuenta de que nuestra religión es viva y práctica. No podemos tener una fe verdaderamente viva hasta que nos demos cuenta de qué tan grande y poderoso es Dios. Cuando nos percatamos del poder de Dios, vemos nuestra necesidad de obedecerle y someternos a El en cada aspecto de nuestras vidas. Solamente dándonos cuenta de la grandeza de Dios, surge el deseo de aprender más acerca de El. Solamente aquellos que han visto la grandeza de Dios desean orar conforme a su voluntad y hacer todo para su gloria.
EN TERCER LUGAR, la creencia de que Dios es soberano sobre todas las cosas nos enseña que no podemos hacer nada para salvarnos a nosotros mismos. La salvación no es como algunos dicen, que Dios ha hecho todo lo que podía y ahora está esperando que nosotros hagamos lo que podamos.
La verdad es que no podemos hacer nada para salvarnos a nosotros mismos. Nuestra voluntad humana desea por naturaleza hacer lo que es malo.
No deseamos del todo volvernos a Dios. Solamente Dios, quien tiene control completo sobre todo, puede darnos la disposición para volvernos a El.
El hecho de que no podemos salvarnos a nosotros mismos debería hacernos sentir temor del peligro de nunca llegar a ser salvos. Este temor puede ser algo bueno, si nos conduce a entender que sólo Dios nos puede salvar. Entonces, nos puede llevar a la disposición de pedirle que nos salve.
EN CUARTO LUGAR, la creencia de que Dios tiene control de todo nos muestra cuánto dependemos de El para todo. También nos damos cuenta cuán débiles, vanos y pequeños somos; y por otro lado nos damos cuenta cuán fuerte, sabio y grande es Dios. Vivimos en un mundo donde la gente siempre está alabando y engrandeciendo los logros humanos.
La gente se enorgullece de las cosas que los hombres han mejorado. Pero cuando creemos en la soberanía de Dios, comenzamos a ver todo desde otra perspectiva. Vemos que sólo Dios es capaz de salvar a su pueblo de sus pecados. Vemos que los hombres no pueden hacer nada para ayudar a Dios a salvarlos. Como resultado, alabamos a Dios por todo lo que ha hecho para salvar a su pueblo escogido.
EN QUINTO LUGAR, creer en la soberanía de Dios nos da un sentimiento de plena seguridad. Porque al confiar en un Dios que controla todo, ya no tenemos nada que temer. Aún en tiempos de tristeza sabemos que Dios está ahí, y que está lleno de poder, sabiduría y bondad. Dios es demasiado sabio como para cometer un error. Dios es demasiado bondadoso para causarnos algún dolor que no sea al fin para nuestro bien. Aún en tiempos de dolor, estamos completamente seguros si estamos confiando en un Dios soberano.
EN SEXTO LUGAR, si creemos en que Dios es soberano estaremos contentos con cualquier cosa que Dios nos mande. Esto no significa que aceptemos las cosas difíciles con un espíritu estoico o fatalista. Si confiamos en Dios, nos daremos cuenta que lo que El nos envía es para nuestro bien (aún cuando no comprendamos como es que todo esto redundará para nuestro bien).
LA SÉPTIMA cosa es que creyendo en la soberanía de Dios somos conducidos a alabarle. Si Dios nos ha escogido, nos ha salvado y nos ha guardado en cada momento de nuestra vida por su bondad, entonces desearemos alabarle por todo lo que El es, y por todo lo que El ha hecho por nosotros.
EN OCTAVO LUGAR, creer en la soberanía de Dios nos da la seguridad de que en un día futuro, el bien triunfará sobre el mal. Ahora sentimos que la maldad es más fuerte que el bien. Pero, si creemos que Dios es soberano, sabemos que un día Satanás será derrotado. En un día futuro, será completamente claro que Dios es más grande que todos los poderes de la maldad.
En un día futuro, todos verán claramente que Dios es soberano. Finalmente, la creencia de que Dios controla todo nos da paz en nuestros corazones. Todos los creyentes verdaderos saben que el Dios soberano que controla toda la creación, es el mismo Dios que gobierna en sus corazones; como resultado de ello, tienen perfecta paz.

Debido a Su soberanía Dios es digno de toda confianza. El es demasiado sabio para equivocarse, demasiado poderoso para ser vencido y demasiado bondadoso para hacer algo malo. Si este Dios es su Dios, entonces usted puede estar completamente seguro.